Esto se debe a la betanina, un pigmento con propiedades antioxidantes. Es redondo y cuando se corta en rodajas se alcanzan a ver unas siluetas circulares. Sus hojas verdes están delineadas con el tono rojizo del betabel. En antiguas civilizaciones las hojas se comían y el betabel se usaba como medicamento.
Otras formas de cocinarlo es en rodajas y sofreír en aceite de oliva como acompañante de alguna carne. También para preparaciones como hummus o puré.