Cinco prácticas de crecimiento personal para la inteligencia

Si lo pensamos detenidamente, la inteligencia emocional es una de las habilidades más importantes que deberíamos tener para que el mundo fuera un lugar mejor. Por desgracia, es algo que se tiene o no se tiene .

Las distintas relaciones humanas pueden ser muy gratificantes, pero también desafiantes porque todo el tiempo se involucran emociones y, muchas veces, no estamos dispuestos a reconocerlas o a demostrarlas. 

 

Cuando nos sentimos bloqueados emocionalmente, solemos actuar desde nuestro "yo herido", la parte de nosotros que ha sido lastimada en el pasado. Entonces, nos cerramos para protegernos y evitar futuras heridas. Pero esto nos aleja de lo que más deseamos: amor, conexión, intimidad; ya que permanecemos atrapados en el ciclo de autoprotección. 

Para acercarnos a los demás y mejorar nuestras relaciones al mejorar nuestra inteligencia emocional, podemos practicar la autoconciencia a través de herramientas de crecimiento personal, las cuales nos ayudan a estar más abiertos emocionalmente:

 

El espejo energético

Una forma de mejorar las relaciones es a través de la autoconciencia, pues, si no nos comprendemos completamente, difícilmente podemos proyectarnos hacia los demás. 

Cuando miramos las acciones de los demás como un espejo, podemos descubrir lo que su comportamiento nos dice sobre nosotros. El espejo energético es una práctica que puede recordarnos que nuestro mundo exterior es un reflejo de nuestro estado interior, es decir, atraemos lo que somos.

Para mejorar tu autoconocimiento, pregúntate: ¿Dónde me siento valorado y dónde no en esta asociación? ¿Cómo es esto un reflejo de mis propias necesidades insatisfechas y de mis deseos personales?

Luego comprométete a satisfacer estas necesidades dentro de ti en primer lugar. Por ejemplo, si no te sientes apreciado en la conexión, pregúntate qué parte de ti mismo no aprecias.

 

Aborda tus sentimientos a medida que los sientas 

Este punto se refiere a que no debes negar, ocultar ni reprimir tus sentimientos y emociones, sino reconocerlos y exteriorizarlos, permitirte experimentarlos y dejarlos fluir. 

Para ello, puedes desarrollar una práctica de atención plena. Puedes recurrir a las técnicas de respiración consciente, hacer una meditación de 10 a 15 minutos o escribir en un diario lo que sientes y lo que detonó esas emociones. 

 

Muestra tu "yo" verdadero 

Aprende a construir intimidad compartiendo tu verdadero "yo". Eso significa que a medida que se establece la confianza con las personas con quienes te relacionas, puedes animarte a compartir cada vez más desde tu verdadero "yo" emocional. 

Cuando hacemos todo lo posible para presentarnos con autenticidad y hablar abierta y honestamente a las personas más cercanas a nosotros, invitamos a otros a hacer lo mismo. Esta autenticidad mutua conduce a lazos emocionales más profundos y poderosos y, por consiguiente, permite que las relaciones sean más sinceras y saludables.

 

Conecta con tus valores y respétalos

Observa y analiza tus valores y observa cómo las personas que te rodean los reflejan o los desvían. Ten presente que, por ejemplo, solo aceptamos el amor que creemos merecer, así que si después de reflexionar al respecto lo consideras necesario, reescribe tus valores y crea nuevas reglas para ti mismo. 

Como adulto, debes acoger las emociones y valores enfocándote primero en el amor propio y conociendo tu verdadero valor. 

Lo mejor que puedes hacer es tener claro cuáles son tus deseos, cómo quieres que te traten, cómo te sientes ahora y cómo te quieres sentir en tus diferentes relaciones. Al hacer esto, puedes hacer espacio para recibir en tu vida a las personas adecuadas.

 

Propicia la retroalimentación

La retroalimentación nos ayuda a controlar mejor los comportamientos negativos. Por ello, es importante tomar en cuenta todos los puntos de vista dentro de una relación y no asumir que nosotros siempre tenemos la razón o somos quienes actuamos de la manera correcta, pues puede que a ojos de los demás involucrados no sea así.  

Cuando des o recibas retroalimentación acerca de tus comportamientos, actitudes y reacciones, muéstrate accesible y responsable. Hablar de estos temas y poner límites mutuos ayuda a conectar más profundamente con los demás, así como a expresarse de manera vulnerable.

Por otro lado, tomar en cuenta los comentarios de los demás te puede ayudar a mejorar tus conexiones, ya que da la oportunidad a todos los involucrados de expresarse y transmitir cualquier obstáculo o área de fricción.

Finalmente, no olvides que la vulnerabilidad construye la conexión. Cuando revelamos nuestros miedos, dudas y preocupaciones a los demás, podemos fortalecer nuestras conexiones y animar a otros a confiar en nosotros.


Brant Monahan

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