Empatía:
capacidad de un individuo de conectarse emocionalmente con los demás

Te explicamos qué es la empatía, por qué es considerada un valor y cómo desarrollarla. Además, ejemplos de esta capacidad, y su relación con la simpatía y la asertividad.

La empatía .
¿Qué es la empatía?

La empatía es la capacidad que tiene el ser humano para conectarse emocionalmente con los demás individuos, pudiendo percibir, reconocer, compartir y comprender el sufrimiento, la felicidad o las emociones del otro.

 

Es una característica muy valorada en el comportamiento humano, a menudo considerada un valor, que está vinculada con la capacidad de ponerse en el lugar del otro y conectar con sus necesidades y comprender su accionar. La empatía forma parte de lo que se conoce como inteligencia emocional y se vincula con otros valores como la compasión y el altruismo, y es opuesto al egoísmo y a la antipatía.

La empatía es una reacción inmediata e inconsciente, que no pasa por la razón y el intelecto, y que lleva a una persona a participar afectivamente en la situación de otra, por lo que se habla de la empatía como una cualidad innata del ser humano. Sin embargo, la empatía puede estar más o menos desarrollada en una persona y se puede trabajar para ponerla en función de los vínculos sociales y convertirla en hábito.

La empatía implica el desarrollo de habilidades y valores como la escucha atenta, la comprensión, la solidaridad y la tolerancia, y genera lazos saludables y relaciones respetuosas que contribuyen a la armonía social.

Tipos de empatía

Es usual clasificar a la empatía en tres categorías:

  • Empatía afectiva o emocional. Se basa en la capacidad de un individuo de contagiarse de las emociones que otra persona siente y poder comprenderlas y sentirlas como propias.
  • Empatía cognitiva. Se basa en la capacidad del intelecto de una persona de comprender la postura de otra, es decir, de “ponerse en sus zapatos”, pero sin involucrar el aspecto emocional.
  • Empatía compasiva. Se basa en la capacidad de un individuo de ser empático con otro y mostrar una predisposición para la ayuda. Este tipo de empatía es el que pasa a la acción.

Empatía como valor

El uso del término empatía en las diversas doctrinas filosóficas o psicológicas es reciente (data del siglo XX) y surge como consecuencia de una mayor comprensión científica de las dimensiones mentales del ser humano. La empatía, sin embargo, se vincula con las nociones más tradicionales de compasión y generosidad, que tienen un bagaje religioso y cultural muy antiguo.

La empatía es considerada un valor porque se percibe como una cualidad o característica positiva que permite que una persona pueda comprender las reacciones, actitudes o sentimientos de otra, y está relacionada con la compasión, el respeto, la bondad, la solidaridad, la tolerancia y la unión entre los sujetos.

Es un valor que permite que el individuo pueda identificarse con el resto de las personas y pueda vincularse con sus pares de una forma amable, comprensiva y respetando sus derechos. Es una cualidad que se inculca desde la primera infancia y que, a su vez, puede ser un rasgo de la personalidad más o menos marcado y que puede trabajarse.

La empatía es un valor primordial dentro de las relaciones sociales porque permite la consolidación de entornos y sociedades armoniosas y es una actitud que se espera que tengan los individuos en todos los ámbitos, como la familia, la escuela, el trabajo y la vía pública. Por su parte, la falta de empatía hace que primen actitudes que incluyen falta de comprensión, intolerancia, desigualdad e individualismo.

¿Cómo desarrollar la empatía?

La empatía es una cualidad innata del ser humano, sin embargo, puede haber individuos con una empatía más desarrollada y es también una capacidad que se puede trabajar.

Algunos rasgos propios de una persona empática son:

  • Ofrece escucha atenta al prójimo.
  • Ofrece consejos solo en el caso de que el otro individuo lo solicite.
  • Tolera la diversidad de opiniones y de puntos de vista.
  • Busca comprender el accionar ajeno.
  • Muestra una inteligencia emocional desarrollada que le permite conocer y reconocer las diferentes emociones.
  • Comprende la comunicación de forma amplia, tanto en su forma escrita y hablada como gestual y corporal, lo que le permite identificar emociones o situaciones.
  • Muestra interés genuino y desinteresado hacia el resto de las personas.
  • Se muestra receptiva y atenta para lograr una comunicación profunda con los otros individuos.
  • Evita los juicios y estereotipos.
  • Deja de lado las consideraciones, opiniones y conclusiones personales sobre las emociones ajenas.

Ejemplos de empatía

Algunos ejemplos cotidianos de empatía son:

  • Ella comprendió el sentimiento de tristeza que atravesaba el personaje principal de la película.
  • Sentí piedad y dolor ante la situación de injusticia que afectaba a los trabajadores.
  • La madre se alegró por los logros académicos de su hija.
  • Ella ofreció ayuda para restaurar los daños de la iglesia causados por el temporal.
  • Un alumno defendió a su amigo ante una situación de acoso escolar.
  • Él se mantuvo en silencio y respetó otros puntos de vista durante la conversación.
  • Ella se entristeció por la pérdida que atraviesa su amiga.
  • Me pondré a disposición de mi compañero para resolver su situación laboral.
  • El peatón ayudó a cruzar a la calle a una persona con visión reducida.
  • Ella le ofrece consejos a su novio, cuando se los solicita.

Empatía y asertividad

Empatía y asertividad son dos términos de uso común en la psicología contemporánea que están vinculados y que tienen diferentes significados.

Por un lado, la empatía es la capacidad de un individuo de conectarse con las emociones o situaciones por las que está atravesando otro sujeto. Por otro lado, la asertividad es la capacidad de un individuo para decirle a otro lo que piensa o siente de manera franca, honesta, pero delicada, sin herir sus sentimientos y, sobre todo, percibiendo cuál es la mejor manera para hacerlo.

La asertividad es un valor comunicativo, ya que las personas asertivas logran en sus receptores una mejor disposición a la comprensión y la aceptación. Requiere por parte del emisor una dosis importante de empatía, para poder percibir cuál es el mejor camino para comunicar sus ideas u opiniones, que podrían resultar dolorosas o molestas para el emisor.

 

Empatía y simpatía

En muchos casos, se suele confundir el término empatía con el de simpatía. Sin embargo, estas dos palabras no son sinónimas, sino que aluden a cualidades distintas.

Mientras la empatía es la capacidad que tiene una persona de percibir los sentimientos y emociones ajenas y busca la comprensión, la simpatía es la inclinación afectiva que siente una persona hacia otra, pero no necesariamente incluye la identificación con el sentir ajeno.

 


Freida Ernser

30 Blog posts

Comments