No cometas ese error. Decide servir a Dios desde tu juventud. La paz, el amor, la esperanza que él trae a nuestras vidas nos capacitan y preparan para los momentos de dificultad. Su presencia basta para lograr encarar con optimismo los días malos.
Hay personas que piensan que la vida con Jesús es una que está llena de restricciones y por eso prefieren esperar para tomar la decisión de servirle.