Hace año y medio fue noticia al lograr su primera gran hito: conseguir que uno de sus implantes aplicados en un macaco consiguiera que el simio jugara al juego pong con la mente.

Su aplicación podría ayudar a personas con parálisis a contar con más destrezas y posibilidades de comunicación, pero también a potenciar el poder de la mente humana para poner a la IA como herramienta del hombre dentro de su mente. Musk se ha mostrado receloso en más de una ocasión del poder que las inteligencia artificiales podrían tener en el futuro.

Pero, aunque Neuralink parezca más que puntera en este campo, lo cierto es que Musk y su empresa tienen un rival importante. Otro millonario que curiosamente hizo fortuna vendiendo su empresa a PayPal, la compañía de pagos que también fundó Elon Musk. Hablamos de Bryan Johnson.

Bryan Johnson, un emprendedor millonario obsesionado con la longevidad y potenciar la mente humana

Johnson fundó hace unos años una empresa, Kernel, start-up de Los Ángeles que trabaja en la fabricación de "chips" para insertarlos en el cerebro humano. Estos chips, que en realidad son hardware neurotecnológico diseñado para leer y escribir código neuronal, se utilizarán en un primer momento en personas con enfermedades o deficiencias para restablecer el funcionamiento normal del cerebro.

En el futuro, Johnson espera que la tecnología progrese de modo que incluso los seres humanos sanos puedan implantarse chips en el cerebro y convertirse, de hecho, en superhumanos.

La implantación de potencia informática en el cerebro podría ayudar a los humanos a tener una memoria casi perfecta, leer libros instantáneamente y comunicarse con otros humanos implantados telepáticamente, o sin hablar, explica Johnson, cuyo planteamiento es muy similar al de Elon Musk.

Johnson cree que nuestra generación se definirá por la forma en que nos enfrentemos a la perspectiva de fusionar a los humanos con la tecnología de las máquinas.

"El tiempo y el lugar de una generación se definen por los debates que tienen. Así, por ejemplo, tenemos los derechos civiles, los derechos humanos, el derecho al matrimonio y el derecho al aborto. Creo que el próximo debate de nuestra sociedad será el de los derechos de la evolución", contaba Johnson a la CNBCen una entrevista hace un par de años.

"Hay una reticencia general a que los humanos adopten ciertas formas de mejora", dice Johnson. Por ejemplo, cuando la cirugía plástica se hizo técnicamente posible por primera vez, fue muy temida y relegada a los márgenes. Ahora, sin embargo, la cirugía estética es algo común, dice Johnson. "Creo que veremos que ocurre lo mismo a medida que consigamos formas más potentes de mejora en la genética y la mejora neurológica y el aumento físico".

Así labró su fortuna Johnson

Para lanzar Kernel, Johnson, que ahora tiene 45 años, aportó 100 millones de dólares de su propio bolsillo. Un dinero, eso sí, que le costó tiempo generar. Cuando tenía 20 años, estuvo cerca de arruinarse.

"Estaba arruinado. Tenía dos hijos en casa y no podía pagar las facturas. Estaba endeudado hasta las cejas y no podía encontrar trabajo. Me presenté a 60 trabajos. Nadie me contrataba. Nadie quería ni siquiera concederme una entrevista", dice.

En ese momento, Johnson envió un correo electrónico a 50 personas adineradas presentándose, diciendo que era un trabajador duro, inteligente y que tenía hambre de una oportunidad. No recibió ninguna respuesta.

Finalmente, Johnson encontró un trabajo vendiendo tarjetas de crédito de puerta en puerta. Le pagaban a comisión. Se dedicó a vender a domicilio y batió todos los récords de venta anteriores, dice. También se le ocurrió entonces la idea para el negocio que le haría millonario.

"Encontré que había muchos puntos de mejora en los pagos y pensé que había una oportunidad increíble para construir una empresa excepcional", dice. Johnson pasó a fundar y lanzar Braintree, una empresa de procesamiento de tarjetas de crédito, que hizo crecer y vendió a Paypal, ya adquirida a su vez por eBay, en 2013 por 800 millones de dólares.

Liberado financieramente, Johnson asegura que quiso crear algo que tuviera una influencia completa en el mundo. Y ahí fundó Kernel y, después, Blueprint en 2021, otra empresa en estudiar los órganos humanos para mejorar su longevidad.